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Antología de relatos. Piensa, vive, sueña de Chary del Moral López y Nuria Riendas del Moral

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viernes, 17 de julio de 2015

LA CÚPULA de Stephen King

Autor: Stephen King
Título: La Cúpula
Título original: Under the Dome
Editorial: Debolsillo
Año: 2009
Páginas: 1131

En una soleada mañana de otoño en la pequeña ciudad de Chester’s Mill, Claudette Sanders disfruta de su clase de vuelo, y Dale Barbara, Barbie para los amigos, hace autostop en las afueras. Ninguno de los dos llegará a su destino…
De repente, una barrera ha caído sobre la ciudad como una burbuja cristalina e inquebrantable. Al descender, ha cortado por la mitad a una marmota y ha amputado la mano de una mujer que estaba arreglando su jardín. El avión que pilotaba Claudette ha chocado contra la cúpula y se ha precipitado al suelo envuelto en llamas. Dale, veterano de la guerra de Irak, ha de regresar a Chesters’s Mill, el lugar que tanto deseaba abandonar.
El ejército pone a Barbie a cargo de toda la situación, pero Big Jim Rennie, el hombre que tiene un pie en todos los negocios sucios de la ciudad, no está de acuerdo: la Cúpula podría ser la repuesta a sus plegarias. A medida que la comida, la electricidad y el agua escasean, los niños comienzan a tener premoniciones escalofriantes. El tiempo se acaba para aquellos que viven bajo la cúpula. ¿Podrán averiguar qué ha creado tan terrorífica prisión antes de que sea demasiado tarde?

Stephen King es autor de una voluminosa lista de bestseller de los cuales la gran mayoría han llegado al cine. Con la cúpula no ha sido para menos ya que se ha llegado a rodar en formato de serie.
Hacía tiempo que me había fijado en la portada tan cautivadora a la vez que intrigante y releído su contraportada, aún más interesante todavía. Así que un día me regalé este libro y desde el primer minuto leyendo supe que estaba enganchada, no podía parar. He buscado huecos de mi tiempo para leerlo y, al fin, puedo decir que merece la pena. Bien, el hecho de ser la edición de bolsillo, con letra muy pequeña y 1131 páginas han sido factores que han hecho, a su vez, ralentizar mi lectura.
La novela se ubica en la ciudad imaginaria de Chesters’s Mill donde de la nada cae una misteriosa cúpula transparente que les aísla del resto del mundo. En el transcurso de una semana la ciudad y sus habitantes verán transformadas sus vidas de tal modo que se irán formando dos bandos: los que se hacen poco a poco con el poder y, los que en un principio sucumben a él pero que después se harán fuertes. Entre esos dos bandos habrá dos líderes antagónicos: el cruel Big Jim Rennie y el héroe Dale Barbara.
Big Jim Rennie es la clásica persona manipuladora que con tal de conseguir el poder llegará a asesinar a sangre fría a pesar de ser religioso hasta la médula, un personaje excéntrico que mejor no toparse en la vida. Es una persona con dos caras. Por el contrario, Dale Barbara, “Barbie”, es una persona noble y honesta que no duda en hacer todo lo posible por contribuir a restablecer el bien y proteger a la ciudad del despotismo de Rennie; y de averiguar también el origen misterioso que crea la cúpula.
La Cúpula, desde mi punto de vista, es un microcosmos del mundo cuando se encuentra acorralado. De qué manera actuaría la humanidad ante el peligro y el fin de los días. La Cúpula te lo muestra a la perfección. Las personas pueden ser como los colores: unas presas del pánico arrasarán con todo por sobrevivir, otras seguirán un líder déspota para implantar su ley a la fuerza y con violencia extrema, otras perderán la cabeza asesinando por placer, otras se suicidarán cobardemente, y otras se unirán con personas brillantes para conseguir el bienestar a través del sentido común, es decir, poner solución a los problemas yendo al origen de los mismos.
La Cúpula extrapola los sentimientos humanos al límite. ¿Qué harías si te sintieras atrapado, con tu personalidad anulada, con víveres escasos, una atmósfera cada vez más nauseabunda, con niños que tienen premoniciones escalofriantes y el tiempo se acaba? Y lo peor, no puedes huir.
Stephen King consigue dejarte con la boca abierta con sus brillantes descripciones y el ritmo trepidante que toma la historia. ¡Se hace tan real el colarte dentro de la mente de los personajes e imaginarte sus situaciones! La noción del tiempo se pierde, al menos para mí, crees que lleva mucho más tiempo esa ciudad bajo la cúpula y todo sucede solo en una semana. Los títulos ingeniosos de los capítulos hacen que tengas curiosidad por conocer la razón de ese título y no otro.
La Cúpula es la lucha por la supervivencia y de no rendirse jamás ante la adversidad.

Ahora os escribiré fragmentos del libro que me han gustado:

-No estoy segura, pero me sorprendería muchísimo que a estas alturas no lo supiera. –Y cantó, con voz débil pero melodiosa-: “Esta es una ciudad pequeña, ya sabes lo que quiero decir”. Barbie sonrió un poco y cantó el siguiente verso:
-“Solo una ciudad pequeña, cariño, y aquí todos apoyamos al equipo.” –Era una antigua canción de James McMurtry que el verano anterior había gozado de dos nuevos y misteriosos meses de popularidad […]           Pág115

[…] Si no puedes reírte cuando las cosas van mal –reírte y montar un pequeño carnaval-, entonces es estás muerto o deseas estarlo.                                                                                                   Pág214

[…] Escúcheme con atención, señor: una información parcial de inteligencia es peor que una ausencia total de información.
-Un conocimiento pequeño es algo peligroso –dijo Julia en tono soñador.       Pág260

Lo que recordaba con mayor claridad del verano pasado era la canción de James McMurtry que parecía sonar en todas partes, “Talkin’ at the Texaco”, se llamaba. Y la frase que mejor recordaba era la que decía que en un pequeño pueblo “todos debemos saber cuál es nuestro sitio”.                                                    Pág273

-Así es. –El Chef se puso en pie-. Son un medicamento para la melancolía. Es de Ray Bradbury. ¿Has leído algo de él?
-No.
-Era un genio, joder. Sabía lo que decía. Escribió el mejor puto libro. Di aleluya. Ven conmigo. Voy a cambiarte la vida.                                                                                                                 Pág717

Esta vez Junior se volvió y Henry vio que no estaba borracho. Tenía el ojo izquierdo teñido de un rojo brillante. La pupila muy dilatada. El lado izquierdo de la boca, abierto hacia abajo, mostraba algunos de sus dientes. Aquella mirada gélida le hizo pensar fugazmente en El barón sardónico, una película con la que pasó mucho miedo de niño.
                                                                                                                         Pág777

La negación da paso a la aceptación; la aceptación genera dependencia. Todo aquel que ha atendido a un paciente terminal lo sabe. […] Necesitan a alguien que les diga: “Duerme un poco, por la mañana te sentirás mejor. Estoy aquí, así que duerme. Duerme un poco. Duerme y deja que me encargue de todo”.
“¡Duerme!                                                                                                       Pág790

-Habrá más gente que haga esto, ¿verdad?-preguntó la mujer cuando llegaron al final del camino de entrada-. Porque el suicidio a veces se contagia por el aire. Como los microbios del resfriado.
-Hay quien ya lo ha hecho.- Twitch no sabía si el suicidio era indoloro, como decía la canción de “Suicide is Painless”, pero en determinadas circunstancias sin duda podía ser contagioso.
-Los suicidas son cobardes –dijo Henrietta-. Esa es una regla que no tiene excepciones, Douglas.  Pág883

La última imagen que ven en este mundo es la de un muro de llamas de casi cien metros de alto que corre ansioso por llegar hasta ellos, cual Albión hacia su amada. […]
Uno de ellos dirá más adelante: “Fue como estar delante de una bola de cristal con una explosión nuclear dentro”.                                                                                                                         Pág1043

Suponía que eso era el instinto de supervivencia: un vigilante insomne en el fondo del cerebro.     Pág1078

-No hay mejor momento que el presente –dijo Rusty.                                      Pág1108

-No tengo mano. No tengo cuerpo. Los cuerpos no son reales. Los cuerpos son sueños.
-¡Entonces dame tu mente!                                                                              Pág1119

Ella es un gato al que le queman la cola, una hormiga bajo un microscopio, una mosca a punto de perder las alas por culpa de los dedos curiosos de un niño de tercero en un día lluvioso, un juego para niños sin cuerpo aburridos y con todo el universo en sus manos.
                                                                                                                         Pág1121


Ahora os dejaré la que para mí es la banda sonora de este libro, It's a small town de James McMurtry:

Who you lookin for 
what was his name
you can prob'ly find him
at the football game
it's a small town
you known what I mean
it's a small town, son
and we all support the team

[¿A quién estás buscando?
¿Cómo se llamaba?
Seguramente lo encontrarás
en el partido de fútbol.
Esta es una ciudad pequeña,
ya sabes lo que quiero decir,
esta es una ciudad pequeña, hijo,
y todos apoyamos al equipo.]

JAMES MCMURTRY

2 comentarios:

  1. Nena, no aparece mi comentario!!! Te decía que me estoy viendo la serie, pero con tu reseña, me voy a leer el libro sin duda!!

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  2. Hola amiga, sí que aparece tu comentario :) yo en cuanto pueda veré la serie. Gracias por comentar, me llena de alegría que lean mis reseñas y las valoren. Un gran abrazo

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