Autor:
Rick Riordan
Editorial:
Salamandra
Año:
2013
Saga:
Héroes del Olimpo
Páginas:
489
Hijo del rayo, de la tierra guárdate.
La venganza de los gigantes a los siete verá nacer.
La fragua y la paloma romperán la celda.
Y la muerte se desatará con la ira de Hera.
La profecía del oráculo de Delfos
Tres semidioses. Una profecía. Y solo cuatro días para lograr
lo imposible.
Cuando Jasón despierta, sabe que algo va muy mal. Está en un
autobús camino de un campamento para chicos problemáticos. Y le acompañan Piper
–una muchacha (bastante guapa, por cierto) que dice que es su novia- y el que
parece ser su mejor amigo, Leo…
Pero él no recuerda nada: ni quién es ni cómo ha llegado allí.
Pocas horas después, los tres descubrirán no solo que son hijos de dioses del
Olimpo, sino además que su destino es cumplir una profecía de locos: liberar a
Hera, diosa de la furia, de las garras de un enemigo que lleva mucho tiempo
planeando su venganza…
……………………………………………………………………………………………………………………………
Si ya la primera saga ya era buena esta
también tiene que serlo aún más. Las líneas de más arriba son la trama de la
novela. Cuando las leí por primera vez me dieron el empujón de comenzar a
leerlo y, como las veces pasadas, el autor consiguió engancharme.
En esta novela aparecen de nuevo
personajes anteriores como Annabeth o Quirón y los dioses del Olimpo pero se
centrará en la aparición de nuevos personajes semidioses. Si en las anteriores
novelas la historia era vista a través de los ojos del protagonista Percy Jackson
esta vez será a través de los ojos de tres personajes: Jasón, Piper y Leo. Este
cambio es positivo porque conoces cómo piensan sus personajes desde el interior
y desde tres percepciones distintas: el simpático Leo, el amnésico Jasón y la
valiente Piper. Cada uno de ellos da un aura fresca al relato y te hacen leerlo
con dinamismo.
Los protagonistas descubrirán que son
semidioses, conocerán sus poderes y entenderán su pasado para con el futuro que
les espera. Los tres se verán involucrados en una misión imposible llena de
obstáculos y peligros de muerte. Su astucia, recursos y valentía harán un
vínculo de fortaleza para sobrevivir. En una semana escasa tendrán que lidiar
con sus peores pesadillas y descubrirán facetas de ellos mismos desconocidas.
Los valores de la amistad, del esfuerzo y la sagacidad se verán desarrollados
en el transcurso de la historia.
El lenguaje jovial, desenfadado y
fresco sobre todo del personaje Leo dará a la historia un matiz simpático y
divertido. Sus bromas junto a sus chistes harán de las situaciones de tensión y
peligro que sean más cálidas.
Las enseñanzas morales de los dioses a
los semidioses me parecen magistrales porque son lecciones de vida y les ayudan
a valorar su misión heroica.
Realmente Rick Riordan es un autor
ejemplar por su conocimiento de la historia y cómo consigue a través de sus
novelas captar a un público joven. Gracias a sus novelas acerca la mitología
griega y romana de manera cercana. No se hace pesado porque los protagonistas
son personajes contemporáneos. Es magnífico.
Algunos fragmentos del libro que me han
gustado:
“-Paciencia, cariño –dijo la diosa-. Lo que quiero decir es que
el amor es la motivación más poderosa del mundo. Mueve a los mortales a la
grandeza. Sus actos más nobles y más valientes están hechos por amor.”
Conversación entre Afrodita y Piper.
“- Oh, ¿por qué iba a ofenderme? Por favor, sigue haciendo como
si no existiera.
-Eres muy comprensivo… -Hefesto arrugó la frente y acto seguido
suspiró con cansancio-. Ha sido un sarcasmo, ¿verdad? Normalmente, las máquinas
no tienen sarcasmo. Como iba diciendo, los dioses se sintieron avergonzados,
ridiculizados por los mortales. Al
principio, por supuesto, estábamos agradecidos, pero al cabo de unos meses esas
emociones se volvieron amargas. Al fin y
al cabo, somos dioses. Necesitamos que nos admiren, que nos respeten, que nos
tengan temor y admiración.”
Conversación entre Hefesto y Leo
“Annabeth y Rachel captaron el mensaje. Jasón levantó la
jabalina, y un trueno hendió el cielo. A Piper se le erizó todo el vello de los
brazos. El relámpago descendió a través de la punta dorada de la lanza y
alcanzó la fogata con la fuerza de un obús.
Cuando el humo se despejó y el zumbido disminuyó en los oídos
de Piper, vio que todo el campamento permanecía paralizado de asombro, medio
ciego, cubierto de cenizas, mirando fijamente el lugar donde antes estaba la
lumbre. Llovían cenizas por todas partes. Un madero encendido se había
ensartado a escasos centímetros del chico durmiente, Clovis, que ni se había
inmutado.
Jasón bajó la lanza.
-Esto…, perdón.
Quirón se quitó unas ascuas encendidas de la barba. Hizo una
mueca como si sus peores temores se hubieran confirmado.
-Tal vez te has pasado un poco de la raya, pero nos has
convencido. Creo que sabemos quién es tu padre.
-Júpiter –dijo Jasón-. Digo, Zeus. El señor del cielo.”
Reconocimiento de Jasón por Zeus.
Jasón, Piper y Leo